Las causas de la expansión marítima portuguesa
1. Introducción
Empezamos nuestros estudios sobre la historia colonial brasileña. Todo este proceso está marcado por problematizaciones y causas de diversa índole que motivaron la expansión marítima y comercial portuguesa.
Este acontecimiento histórico es de suma importancia para comprender críticamente el proceso que culminó con el «descubrimiento» de Brasil y, por supuesto, su posterior colonización.
Este proceso es el resultado de un complejo fenómeno histórico que tuvo lugar en Portugal a principios del siglo XV.
Sin embargo, para comprenderlo, debemos estudiar las transformaciones que se produjeron en Europa a partir del siglo XII, ya que fue entonces cuando el continente europeo comenzó a cambiar como consecuencia de la expansión agrícola y el renacimiento comercial que se habían dado durante la Edad Media.
Todos estos factores contribuyeron significativamente al cambio de mentalidad que daría lugar al Renacimiento y al inicio de la expansión marítima y comercial.
Fue gracias al espíritu pionero de los portugueses que se conquistaron diversas regiones, inaugurando así una nueva era que redefiniría el mundo conocido hasta el siglo XV.
Los portugueses fueron los principales responsables de la conquista de la costa africana, del descubrimiento de la ruta marítima que proporcionó una ruta alternativa a la India y, lo que es más importante para nosotros, de la conquista de Brasil.
En este sentido, debemos entender que la conquista de Brasil no fue fruto de la casualidad, sino el resultado de un proceso histórico que comenzó mucho antes y provocó profundos cambios en ambos países.
2. La expansión marítima y comercial portuguesa no fue casual.
El proceso que culminó en la expansión marítima portuguesa y, por ende, en la conquista de Brasil, estuvo muy bien planificado, pues Portugal ya venía realizando investigaciones y perfeccionando sus técnicas de construcción naval y navegación oceánica desde principios del siglo XV.
3. ¿Por qué Portugal lideró la expansión marítima?
Este proyecto fue posible gracias a varios factores, entre ellos:
- — la unidad nacional alcanzada muy pronto.
- Su posición geográfica favoreció las grandes navegaciones.
- El difícil acceso de las tierras portuguesas al resto de Europa.
- La estabilidad interna que permitía invertir en proyectos de navegación.
Infante Dom Henrique o Navegador
Pero fue la Escuela de Sagres y la creación de una estructura profesional para los descubrimientos lo que marcó la diferencia. Al concentrar intensamente las energías y los recursos nacionales, Portugal, un país pobre, poco poblado y relativamente atrasado, pudo llevar a cabo con éxito la tarea de los descubrimientos.
El Estado portugués fue uno de los primeros estados modernos europeos.
Su base política, económica, cultural, religiosa y, sobre todo, identitaria fue el resultado de la lucha contra los moros, que permitió el surgimiento de un Estado centralizado.
Moros: pueblos árabes que habitaban el norte de África y la Península Ibérica.
A partir del siglo XIII, una serie de batallas definieron algunas de las fronteras de Europa que, en el caso de Francia, Inglaterra, España y Portugal, se mantienen aproximadamente iguales en la actualidad.
Dentro de estas fronteras nació el Estado portugués como organización política centralizada, cuya figura dominante, el príncipe, y la burocracia en la que se apoyaba adquirieron contornos propios que no podían confundirse con los grupos sociales, incluso los más privilegiados, como la nobleza.
Este proceso duró siglos y alcanzó su punto álgido entre 1450 y 1550.
Este proceso permitió la unificación de los feudos medievales, lo que facilitó la capitalización del Estado y la consiguiente inversión en una flota naval que proporcionaría apoyo logístico a la futura expansión marítima y comercial de Portugal.
Además, Portugal se encontraba en la Península Ibérica, una región con una situación geográfica privilegiada que le permitía controlar el Océano Atlántico en su totalidad.
Portugal se afirmaba como país autónomo en el conjunto de Europa, con tendencia a orientarse hacia el exterior.
Los portugueses ya tenían experiencia, acumulada a lo largo de los siglos XIII y XIV, en el comercio a larga distancia, aunque todavía no estaban a la altura de venecianos y genoveses, a los que superarían.
De hecho, antes de que los portugueses tomaran el control de su comercio internacional, los genoveses invirtieron en su expansión y transformaron Lisboa en un importante centro mercantil bajo su hegemonía.
La experiencia comercial también se vio facilitada por la implicación económica de Portugal con el mundo islámico del Mediterráneo, donde el avance del comercio se puede medir por el creciente uso de la moneda como medio de pago.
Sin duda, la posición geográfica del país, próximo a las islas atlánticas y a la costa de África, favoreció la atracción del mar.
Dada la tecnología de la época, era importante contar con corrientes marinas favorables, y estas comenzaron precisamente en los puertos portugueses o en los del suroeste de España.
En el siglo XV, Portugal buscó la unificación política debido a la existencia de un sentimiento de identidad, ya que los portugueses se dieron cuenta de que la única forma de construir un reino fuerte era a través de un estado autónomo y unificado.
Mapas históricos que muestran la evolución y expansión territorial de Brasil.
A lo largo del siglo XV, Portugal era un reino unificado y menos propenso a convulsiones y disputas, en contraste con Francia, Inglaterra, España e Italia, que estaban envueltos en guerras dinásticas y complicaciones.
La monarquía portuguesa se consolidó a lo largo de una historia que tuvo uno de sus puntos más significativos en la revolución de 1383-1385.
La burguesía comercial de Lisboa se sublevó a raíz de una disputa sobre la sucesión al trono portugués. A esta sublevación le siguió un gran levantamiento popular conocido como la «revuelta del pueblo chico», en palabras del cronista Fernão Lopes.
La revolución fue similar a otros acontecimientos que sacudieron Europa occidental en la misma época, pero tuvo un desenlace diferente al de las revueltas campesinas aplastadas en otros países por los grandes señores.
La expansión marítima portuguesa respondía a los intereses de la clase dominante y de las clases trabajadoras. Este factor impulsó aún más el proceso.
A principios del siglo XV, las condiciones internas de Portugal crearon una excelente oportunidad, porque la expansión correspondía a los intereses de todas las clases sociales que componían la contradictoria sociedad portuguesa.
Para el pueblo, la expansión era, ante todo, una forma de emigración que representaba lo que siempre había representado para él: la posibilidad de una vida mejor y la liberación del «pueblo chico», que siempre había sido una pesada carga y de la que también él siempre había intentado liberarse buscando nuevas tierras.
Además, nobles y clérigos veían con buenos ojos la expansión, ya que los nuevos horizontes comerciales, de conquista y evangelización les permitirían construir un Estado aún más centralizado, fuerte y, sobre todo, católico.
Para clérigos y nobles, la cristianización y la conquista eran formas de servir a Dios y al rey, y por ello merecían las recompensas concomitantes: encomiendas, tenencias, capitanías, cargos y oportunidades que, en el estrecho marco de la metrópoli, eran cada vez más difíciles de obtener.
Para los mercaderes, era la perspectiva de un buen negocio: materias primas cosechadas en origen y revendidas con un buen beneficio.
Para el rey, era una fuente de prestigio, una buena forma de mantener ocupados a los nobles y, sobre todo, la creación de nuevas fuentes de ingresos en un momento en el que los ingresos de la corona habían disminuido drásticamente.
Los únicos que quedaban al margen de esta convergencia de intereses eran los campesinos y los empresarios de las explotaciones agrícolas, para quienes la salida de los campesinos del campo suponía un encarecimiento de la mano de obra.
En Portugal, la expansión marítima y comercial pasó a ser el ideal renacentista.
Con el Renacimiento se cuestionaron muchos de los valores dogmáticos de la vida medieval y se allanó el camino a los descubrimientos y avances en los campos de la geografía y las ciencias aplicadas.
Para que se haga una idea, los portugueses llevaron a cabo un proyecto de un siglo de duración y llegaron exactamente al destino que se habían propuesto.
Los españoles eran aventureros del descubrimiento, caballeros de los mares en busca de lo inesperado.
Los portugueses eran marinos del Renacimiento: estudiaban, planificaban y calculaban. Al final, triunfaron sobre lo desconocido e inmediatamente aprendieron lo que habían descubierto.
La mejor aportación del Renacimiento no consistió en cuestionar dogmas, recuperar conocimientos clásicos o realizar progresos artísticos, sino simplemente en defender el derecho a dudar y a ver el mundo tal y como es para el ser humano.
Sin el Renacimiento, no habría Nuevo Mundo, ya que no existirían ojos nuevos para verlo.
A diferencia de otros estados emergentes, los portugueses apostaron por las grandes expediciones marítimas.
Los lusitanos fueron pioneros en la mayoría de los aspectos tecnológicos vinculados a la navegación. Los ideales renacentistas, que reflejaban los nuevos tiempos, se materializaron en Portugal a través de las conquistas marítimas y la apertura de nuevos mercados para el entonces decadente continente europeo.
Los portugueses fueron los primeros pueblos europeos organizados en un Estado centralizado en forma de rey o príncipe que basaron sus navegaciones en el conocimiento científico.
A pesar de que Portugal es uno de los países más católicos de Europa, fue pionero en superar el mito medieval del «mar oscuro».
Este mito siempre ha contribuido a crear una imagen negativa de los pueblos europeos en relación con la navegación oceánica.
La expansión marítima solo se produjo en Portugal porque fueron las primeras naciones europeas que promovieron la unificación política.
Este factor hizo que los recursos se canalizaran hacia el comercio y la construcción naval. El Estado podía convertirse en el gran emprendedor si lograba las condiciones de fuerza y estabilidad necesarias.
Hay que subrayar que los incentivos para las grandes navegaciones no solo fueron comerciales, sino también porque el Estado portugués fue el primero en unirse como reino autónomo y centralizado.
También hay que destacar que entre los portugueses existía un espíritu de aventura muy fuerte.
Culturalmente, los portugueses tenían una fuerte conexión con el mar, lo que fue decisivo para su espíritu pionero vinculado a las grandes navegaciones y a la expansión comercial.
Para entender mejor esta cuestión, veamos qué motivó las grandes expediciones marítimas:
Se puede observar que la aventura marítima no solo tenía un componente comercial.
No es posible tratar de entenderlo con los ojos de hoy en día, así que merece la pena dedicar un momento a pensar en el significado de la palabra «aventura».
Hace cinco siglos, estábamos muy lejos de un mundo totalmente conocido, fotografiado por satélites y ofrecido para su disfrute mediante paquetes turísticos.
Había continentes que eran desconocidos o apenas conocidos. Océanos enteros por descubrir. Las llamadas regiones desconocidas concentraron la imaginación de los pueblos europeos, que vislumbraron reinos fantásticos, habitantes monstruosos y la sede de un paraíso terrenal.
Por ejemplo, Cristóbal Colón pensó que, cuanto más se adentraran en la tierra que había descubierto, encontrarían hombres tuertos y otros con hocico de perro.
Decía que había visto saltar del mar a tres sirenas y que sus rostros le decepcionaron: no eran tan hermosos como había imaginado.
En una de sus cartas se refirió a personas que nacían con cola hacia el oeste.
En 1487, cuando partieron de Portugal para descubrir la ruta terrestre hacia las Indias, Afonso de Paiva y Pedro da Covilhã recibieron instrucciones de Dom João II para localizar el reino del Preste Juan.
La leyenda del Preste João, descendiente de los Reyes Magos y enemigo acérrimo de los musulmanes, formaba parte del imaginario europeo desde, al menos, mediados del siglo XII.
Se basaba en un hecho real: la existencia de Etiopía, en África Oriental, donde vivía una población negra que había adoptado una rama del cristianismo. No debemos considerar los sueños asociados a la aventura marítima como fantasías despreciables que enmascaran el interés material.
Pero no cabe duda de que el interés material prevaleció, sobre todo cuando se fueron conociendo los contornos del mundo y las cuestiones prácticas de colonización se pusieron a la orden del día.
Otro factor que facilitó las grandes navegaciones fue la invención y desarrollo de un tipo de barco especializado para los descubrimientos: la carabela.
La carabela no se parecía a nada de lo que se había inventado hasta entonces. Estaba diseñada para viajes oceánicos, ya que no era un carguero, sino una embarcación avanzada y segura que permitía navegar en las situaciones más variadas.
No era un carguero, sino una embarcación diseñada para recorrer largas distancias en aguas desconocidas y debía ser capaz de navegar con vientos desfavorables, algo que no podían hacer las carabelas debido a su escasa maniobrabilidad y al uso exclusivo de velas cuadradas.
La carabela, que utilizaba velas latinas (triangulares), era más maniobrable y seguía teniendo la capacidad de carga necesaria para mantener a las pequeñas tripulaciones de los descubridores durante los largos meses que pasaban en el mar.
Una carabela solía tener entre 40 y 50 tripulantes, mientras que una carraca, especializada en el transporte de carga, tenía 100; una galera de combate, 300, y los galeones de las flotas reales podían llevar hasta 800 tripulantes.
Las ventajas de la maniobrabilidad de la vela latina quedan más claras con una pequeña explicación de las técnicas de navegación.
Una vela cuadrada solo puede navegar ceñida, es decir, con vientos que soplan detrás del barco y con un ángulo máximo de unos 12 grados respecto al sentido de la marcha.
La vela latina, en el sistema utilizado por las carabelas, permite utilizar vientos con ángulos de hasta 30 grados respecto al sentido de la marcha del barco.
Así, teniendo en cuenta que, en regiones con vientos desfavorables, los barcos necesitan navegar en zigzag para mantener la dirección general de la marcha, la mayor maniobrabilidad de las carabelas reside en su mayor capacidad para navegar «contra» el viento, manteniendo un ángulo de zigzag más cerrado respecto a la ruta.
En resumen, la expansión marítima y comercial portuguesa no fue aleatoria, sino que estuvo muy bien planificada y fue fruto de un proceso histórico.
4. Los principales elementos de la expansión marítima y comercial portuguesa fueron:
- El hecho de que Portugal fuera el primer país europeo que unificó su política y su administración.
- Los intereses de las diversas clases sociales confluyeron en las grandes navegaciones y la expansión comercial.
- El ideal renacentista se expresó en Portugal a través de las grandes exploraciones marítimas.
- La posición geográfica de Portugal fue fundamental para ello.
- También influyó el espíritu aventurero de los portugueses y su vocación por la navegación.
- El desarrollo e invención de embarcaciones y técnicas para la navegación oceánica.
- La ausencia de guerras;
- Los contactos de Portugal con la cultura islámica.
Hay que entender que las grandes navegaciones se desarrollaron de forma continua hasta el descubrimiento de una ruta alternativa a las Indias y, más tarde, del «descubrimiento» de Brasil.
5. Principales etapas de la expansión portuguesa:
- 1415: conquista de la ciudad de Ceuta.
- 1419: Llegada de la expedición portuguesa a la isla de Madeira.
- 1431: Reconocimiento del archipiélago de las Azores.
- 1434: Gil Eanes atraviesa el cabo Bojador.
- 1443: Nuno Tristão llega a la isla de Arguim.
- 1445: Nuno Tristão llega a Senegambia y Dinis Dias pasa por la desembocadura del río Senegal.
- 1482: Diogo Cão descubre Zaire.
- 1487: Bartolomeu Dias llega al cabo sudafricano, donde se encuentra con una tormenta peligrosa. Por esta razón, lo llamó el Cabo de las Tormentas. Este gran acontecimiento hizo posible la llegada a las Indias. Por esta razón, el rey de Portugal, D. João, decidió cambiar el nombre del cabo por otro más optimista: Cabo de Buena Esperanza.
- 1498: Vasco da Gama, al mando de una flota de cuatro navíos (S. Gabriel, S. Rafael, Bérrio y una barcaza de aprovisionamiento), llega a la ciudad de Calicut, en la India.
- 1500: Pedro Álvares Cabral «descubre» Brasil.
6. La Escuela de Sagres y el príncipe Enrique el Navegante
A partir del siglo XV, Portugal decidió embarcarse en un gran proyecto nacional de exploración de la costa atlántica que partía desde el norte de África.
Este proyecto estuvo dirigido por el quinto hijo del rey João I, el príncipe Enrique el Navegante (1394-1460).
El plan inicial evolucionó hacia un objetivo más ambicioso: circunnavegar el continente africano para llegar por mar a las Indias, la tierra de las especias.
El príncipe Enrique fue el principal responsable de la fundación de la legendaria «Escuela de Sagres» en 1433. Esta escuela es uno de los símbolos de la formación del Estado portugués.
Su fundación representa el poder del Estado centralizado que terminaría predominando en Portugal.
La escuela de Sagres no era una organización formal de enseñanza y formación, sino una «escuela» de pensamiento y acción.
En su castillo, y bajo el lema «El talento de hacer bien», Dom Henrique reunió a cartógrafos y matemáticos para desarrollar las técnicas astronómicas que permitirían la navegación oceánica.
Al mismo tiempo, en los astilleros de Lagos, cientos de hombres se dedicaban a la construcción naval utilizando técnicas cada vez más perfeccionadas para elegir y preparar la madera de las distintas partes de los barcos y para sellar los cascos.
Con cada expedición a la costa africana, la información recopilada servía para mejorar los mapas, las técnicas de navegación y el diseño de los barcos.
El infante, para quien el conocimiento era la fuente «de la que surge todo bien», ostentaba el título de protector de la Universidad de Lisboa y patrocinaba cátedras de ciencias.
En contra de la costumbre de la época, se mostró tolerante con los demás credos y razas, y eligió a sus colaboradores principalmente en función de sus conocimientos.
Así, atrajo a su empresa a numerosos eruditos judíos, que gozaban de más libertad para viajar y obtener información en el mundo árabe que los cristianos.
Don Henrique murió en 1460 sin haber circunnavegado África, pero en vida fue reconocido internacionalmente por sus logros.
El príncipe Enrique y la escuela de Sagres fueron muy importantes para la expansión marítima portuguesa, ya que permitieron a los portugueses adquirir conocimientos científicos.
Además de las innovaciones relacionadas con la construcción naval, la escuela de Sagres desarrolló técnicas revolucionarias mediante el estudio constante y la experimentación práctica, sobre todo en lo relativo a la navegación marítima en alta mar.
Gracias a estas nuevas técnicas, los navegantes podían alejarse cada vez más de la costa, lo que les permitía alcanzar tierras situadas en otros continentes con mayor autonomía.
A pesar de ello, Portugal solo practicó la navegación de cabotaje hasta mediados del siglo XV y no se aventuró oficialmente en el «mar océano» hasta la expedición de Pedro Álvares Cabral.
Algunos estudiosos se refieren a estas innovaciones como «el arte de navegar», ya que incorporan elementos de navegación y orientación desconocidos hasta entonces.
A continuación, mencionaremos algunos de estos nuevos conocimientos:
La información se ha extraído del libro Los grandes exploradores: de Cristóbal Colón a la conquista del continente africano.
- Calcular la distancia: los navegantes saben cómo medir la velocidad de su barco. Para averiguarlo, lanzan al mar una cuerda escalonada por nudos, cuyo extremo permanece en su sitio porque está fijado a un trozo de plomo, y luego la dejan deslizarse durante un tiempo determinado. Al renovar la maniobra periódicamente, pueden calcular la distancia que recorre cada día.
- La cuestión de la dirección deja de ser un problema a finales del siglo XV, ya que los navegantes disponen desde hace algunas décadas de un instrumento muy valioso: la brújula. La única dificultad estriba en que aún se conocen mal las variaciones del campo magnético terrestre y la diferencia entre el norte geográfico y el norte magnético.
- Cálculo de la latitud En realidad, los navegantes saben establecer la posición de un objeto en el arco del meridiano gracias al punto astronómico, por lo que el cálculo de la latitud lo dominan relativamente bien. A finales de la Edad Media se perfeccionó un instrumento óptico, antepasado del sextante, el astrolabio, que puede utilizarse actualmente a bordo de un barco en movimiento.
- Una incertidumbre: la longitud. Por otra parte, a finales del siglo XV, evaluar la longitud se volvió difícil. Solo se podía conocer comparando la hora local con la del meridiano de origen. No fue hasta 1761 cuando se dispuso de un reloj muy preciso, el llamado reloj marino, que permitía obtener un resultado fiable. El capitán Cook fue el primero en utilizarlo.
En este capítulo has aprendido que:
- Las causas de dicha expansión no fueron aleatorias, sino el resultado de un proceso de investigación exhaustiva.
- El Príncipe Enrique el Navegante y la Escuela de Sagres desempeñaron un papel fundamental en dicho proceso.
Lea los siguientes periodos de la historia de Brasil colonial:
- Independencia de Brasil – Ruptura de los lazos coloniales en Brasil.
- Imperio portugués en Brasil – Familia real portuguesa en Brasil.
- Traslado de la corte portuguesa a Brasil.
- Fundación de la ciudad de São Paulo y de los bandeirantes.
- Período de transición entre el Brasil colonial y el imperial.
- Los ingenios azucareros coloniales en Brasil.
- Monocultivos, trabajo esclavo y latifundio en el Brasil colonial.
- Instalación del Gobierno General en Brasil y fundación de Salvador de Bahía.
- La expansión marítima portuguesa y la conquista de Brasil.
- La ocupación de la costa africana, las islas atlánticas y el viaje de Vasco da Gama.
- La expedición de Pedro Álvares Cabral y la conquista de Brasil.
- Período precolonial en Brasil: los años olvidados.
- Instalación de la colonia portuguesa en Brasil.
- Periodos de la historia del Brasil colonial.
- Periodos históricos de Brasil.
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