La famosa Igrejinha da Pampulha de Belo Horizonte también es conocida por otros nombres, como Igreja de São Francisco de Assis o Capela Curial de São Francisco de Assis.

Historia y arquitectura de la Pequeña Iglesia de Pampulha

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História e Arquitetura da Igrejinha da Pampulha

Pequeña Iglesia de Pampulha o Capilla Curial de San Francisco de Asís.

1. Historia y arquitectura.
2. Reconocimiento y uso religioso.
3. Diseño arquitectónico.
4. Estructura y estilo.
5. Historia y arquitectura

1. Historia y arquitectura

Aunque fue terminada en 1943, la iglesia ya se destaca como un hito en la historia de la arquitectura, el arte y la fe en Brasil. En 1945, la capilla estaba prácticamente terminada, pero no recibió inmediatamente la autorización de la Curia Metropolitana para ser consagrada como templo religioso. Las autoridades eclesiásticas de la época consideraron que el edificio, dedicado a san Francisco de Asís, no era apropiado para las prácticas religiosas.

A pesar de ello, tras tan solo dos años de existencia, la iglesia y sus obras fueron inscritas en el Libro de Bellas Artes del Servicio Nacional del Patrimonio Artístico, un hecho sin precedentes. No fue reconocida como espacio religioso hasta 1959, durante el gobierno de Juscelino Kubitschek, entonces presidente de la República.

Las razones de la denegación inicial de la consagración no están del todo claras. Algunos autores afirman que la forma arquitectónica del edificio era contraria a las tradiciones eclesiásticas, mientras que otros alegan que las pinturas del Vía Crucis no se ajustaban a la normativa. Según una respuesta del que fuera arzobispo, Dom Antônio dos Santos Cabral, los frescos y azulejos de Cândido Portinari no se ajustaban a las normas de la iconografía católica.

«Tanto los partidarios del modernismo como los defensores del arte antiguo, del llamado academicismo, tienen razón, porque todos luchan por la evolución artística. Pero como templo, no queda bien; no podemos distorsionar la obra del Señor ni convertir la iglesia en un lugar para experimentos materialistas, aunque sean artísticos».

En este contexto, también hubo una reacción conservadora contra todo el complejo de Pampulha: se criticó el juego en el casino, los trajes de baño en la laguna y los bailes promovidos por Kubitschek. Sin embargo, la principal polémica se centró en la propia iglesia. También se cuestionaron los vínculos de Niemeyer y Portinari con el Partido Comunista. Algunos periódicos llegaron a afirmar que la forma de la hoz y el martillo, símbolo de la bandera soviética, se reflejaba en las aguas de la laguna.

2. Reconocimiento y uso religioso.

Con el tiempo, la percepción de la iglesia ha cambiado. El sacerdote encargado actualmente de la capilla destaca no solo la belleza artística de las obras de Portinari y Niemeyer, sino también su importancia histórica. Según él, «la riqueza del artista refleja su época».

Actualmente, se han restablecido las misas dominicales, así como las bodas y los bautizos. En octubre, el cura organiza también el Circuito da Arte pela Fé en honor de la patrona, y para ello promueve celebraciones, exposiciones, presentaciones culturales y la bendición de animales, con el fin de combinar el valor arquitectónico, cultural y turístico de la iglesia con la espiritualidad y la fe.

Las visitas a la Igrejinha da Pampulha reúnen a fieles y turistas por igual. Mientras unos rezan, otros ni siquiera son conscientes de que se trata de un espacio de carácter religioso.

3. Diseño arquitectónico.

La Igrejinha da Pampulha fue diseñada por Oscar Niemeyer y encargada por Juscelino Kubitschek, entonces alcalde de Minas Gerais. Supuso una importante innovación arquitectónica, ya que se utilizó el hormigón armado de forma plástica, una de las señas de identidad de Niemeyer.

Durante muchos años, el templo fue objeto de críticas por su forma poco convencional. Sin embargo, ahora se considera una joya arquitectónica en el contexto de Minas Gerais.

En su interior, la capilla alberga el Vía Crucis, compuesto por catorce paneles de Cândido Portinari, artista de renombre internacional representante del modernismo brasileño, premiado y reconocido por su labor en diversos ámbitos, como la pintura, la ilustración, el grabado y la enseñanza.

El paisajismo del entorno fue diseñado por el paisajista brasileño Roberto Burle Marx, de fama mundial. Los bajorrelieves de bronce fueron realizados por Alfredo Ceschiatti en su primera colaboración con Niemeyer, en 1944.

Además de su valor artístico, la pequeña iglesia es uno de los símbolos más importantes de la religiosidad de Minas Gerais y una de las principales postales de Belo Horizonte, formando parte del Conjunto Arquitectónico de la Pampulha, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

En octubre de 2021, la capilla fue elevada a la categoría de santuario arquidiocesano de San Francisco de Asís.

4. Estructura y estilo

Desde el punto de vista estructural, la iglesia no tiene losas de hormigón sostenidas por pilares, como es típico en la arquitectura religiosa convencional. En su lugar, se utilizan curvas, líneas oblicuas y una elegante asimetría, características de la libertad creativa de Niemeyer.

La estructura está formada por arcos y bóvedas de hormigón armado, un material que antes solo se utilizaba en obras de ingeniería, como los hangares del aeropuerto parisino de Orly. Las bóvedas más grandes forman el techo de la nave y el altar, mientras que las más pequeñas de la parte posterior sirven de soporte.

También destacan el campanario y la marquesina de entrada, elementos rectilíneos que, aunque independientes, mantienen una interconexión visual con el conjunto. El exterior está adornado con paneles curvos de azulejos azules y blancos creados por Paulo Werneck, artista conocido por su obra musical a partir de la década de 1940.

En la pared del fondo, que da a la calle, hay un mural de San Francisco, formado por azulejos blancos y azules, también obra de Portinari. El artista también creó paneles laterales con motivos naturales que representan peces y aves, y cubre el púlpito curvo.

En el interior, el Vía Crucis de Portinari es considerado por los expertos como una de sus obras más importantes, ya que traduce un tema clásico a un lenguaje moderno, algo que el artista hizo con maestría. En el baptisterio, los bajorrelieves de Alfredo Ceschiatti representan la expulsión de Adán y Eva del paraíso, también en bronce, y conforman un expresivo conjunto de la cultura modernista brasileña.

A pesar de su estilo modernista, la iglesia conserva la estructura tradicional de los templos religiosos, incluyendo el altar, el coro, el púlpito, la sacristía y el campanario.

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